Pese a la idea popular según la cual la tablatura es un invento moderno sencillo para suplantar o escapar de las complejidades que acarrea el pentagrama, la tablatura es el primer sistema de escritura que se utilizó para publicar música específica de para instrumentos de cuerda pulsada. Tuvo su auge en el renacimiento, cuando coexistieron varios sistemas, algunos extremadamente arbitrarios y complejos, como es el caso de la tablatura alemana. Se abandonó definitivamente cuando se consolidó la orquesta sinfónica, sobre mediados del siglo XVIII. Posée la ventaja de agilizar la lectura, pero fue descartada en favor de la comunicación entre músicos de instrumentos diferentes. Sólo los ejecutantes de instrumentos de cuerda pulsada manejan éste sistema, que no se adapta correctamente a instrumentos sin trastes, de tecla, o vientos. Comparte conceptos como el de la notación del ritmo en base al sistema métrico proporcional. También dificulta la comprensión de la armonía, dado que el sistema armónico fue desarrollado tomando a la formación coral como modelo de perfección armónica. La tablatura española es el sistema más utilizado actualmente. Fue utilizado por Luis Milán en su libro «El Maestro», que fuera el primer método para el instrumento, aunque los compositores siguientes no continuaron éste mismo sistema prefiriendo el sistema italiano o el francés. Funciona en base a un hexagrama (cinco líneas paralelas) en donde cada una de ellas representa a una cuerda, cada número a una casilla del mástil y la posición de éstos representa el avance temporal y la sucesión de acontecimientos. Modernamente suelen comenzar con el acrónimo «TAB», aunque también se puede ver la afinación indicada sobre cada línea del hexagrama. Ejemplo de tablatura:
Como fue anticipado anteriormente, el repertorio guitarrístico anterior al período clásico fue principalmente notado mediante tablaturas. Coexistieron diversos tipos en el renacimiento y el barroco, variando según la nación, el instrumento o incluso hasta de autor a autor, sin embargo se puede hablar de cuatro sistemas: alemán, francés, napolitano y español.
Ilustración 2: Diagrama para la tablatura alemana. La caligrafía puede variar levemente según cada editor. La línea horizontal inferior representa al sexto órden del laúd, la doble de la izquierda a la cejuela. Los caracteres sin línea a su izquierda son los símbolos de las cuerdas al aire.
La tablatura alemana, cuya invención se atribuye a laudista Conrad Paumann (1410 – 1473)1, es una notación compleja, cuasi caótica. en la que a cada casilla posible en la guitarra, respecto a cuerda y traste, le corresponde un signo, como se puede ver en la figura. Fue probablemente el primer tipo de tablatura creado y tenía la principal ventaja de, al ser simbólico, ser más económico a la hora de la publicación que los otros tipos de tablaturas o las notaciones neumáticas de la época, que requerían una plancha por cada carilla. Cada voz se escribía en una línea de texto, prescindiendo de líneas, ya que no es necesario representar cuerdas en este sistema en el que una misma altura puede escribirse con diferentes grafemas.
Como se observa en la ilustración 2, el sexto orden utiliza un sistema diferente al resto. Se usan letras mayúsculas en correspondencia con los trastes y una cruz para la orden al aire. Este tratamiento particular hace suponer que el orden fue introducido posteriormente.
Las cinco cuerdas originales al aire, se representan con números del uno al cinco desde la más grave a la más aguda. En el caso del primer traste siguen una organización alfabética desde la letra ‘a’ a la ‘e’, el segundo traste prosigue de las letras ‘f’ a la ‘k’, ésta última con una caligrafía muy particular. De igual forma continúa en el tercer traste y recién varía en el quinto, en el que para dar nombre a todas las posiciones se adjuntaron dos signos particulares que eran los equivalentes a las abreviaciones utilizadas en la época para las sílabas latinas et y con. En el siglo XVI, el alfabeto alemán estaba compuesto por veintitrés letras, entre las que no estaban incluidas ‘j’ ‘u’ y ‘w’2. En las casillas consecutivas se repite el esquema pero redoblando las letras o colocando sobre ellas una tilde o pequeño trazo horizontal. Al igual que el resto de las tablaturas, hay una plica sobre cada traste que representa mensuralmente el momento en el que debe tocarse la altura. Las duraciones no se representan sino que se dan por sobreentendidas y los silencios son representados por una letra T. En la ilustración 3 se puede apreciar un pasaje que ejemplifica dicha notación con su transcripción correspondiente en notación moderna.
Posteriormente surgieron las tablaturas de concepción moderna. Ésta consistían en una cantidad líneas horizontales que se correspondían con el número de cuerdas. En el caso de una vihuela o un laúd prebarroco eran séis, normalmente afinadas G2, C3, F3, A3, D4 y G4. La notación mensural se encontraba por encima de la pauta en forma de plicas. Éstas podían estar unidas o separadas y tener o no cabeza. Muchas veces sólo se escribía la primera figura y se sobreentendía que las siguientes notas tenían la misma duración. El ritmo que se escribía era el resultante de las dos voces, no se detallaba la duración de cada una de las mismas. En principio la notación rítmica se escribía en disminución frente a la notación tradicional, posteriormente se equiparó a la notación vocal. Muchas veces podían tener una voz coloreada que indicaba la voz a destacar. Las notas también podían tener puntillos al lado del grafema, lo que indicaban el dedo de la mano derecha a tocar.
Las tablaturas francesa y española se caracterizaban por tener las cuerdas más agudas en la parte superior y las graves en la inferior. Sin embargo se diferenciaban en los tipos de grafemas a utilizar. La tablatura española, al igual que la italiana usarían números para conocer el número de espacio. El primer espacio es el que se localiza entre la cejuela y el traste más cercano a ella. La cuerda al aire se representa con el número cero. El segundo es el que se encuentra entre este traste y el siguiente. La tablatura entrega al lector las cordenadas en las que debe presionar el dedo y cuándo debe ser pulsada la cuerda. La tablatura alemana también lo hace, solo que brindar los números de los trastes utilizando letras. La letra ‘a’ representa a la cuerda al aire, la ‘b’ al primer traste, la ‘c’ al segundo y prosigue de esta forma.
Ilustración 3: Fragmento de la pieza «Der hupff auff», compuesto por Hans Newsidler en la colección de piezas titulada «Ein newes Lautenbuchlein» sobre el año 1540. Se muestran ejemplos del mismo fragmento en los cuatro tipos de tablatura y en su registro original en notación moderna. Hay tres voces escritas en dicha notación, que se corresponden con las tres voces escritas en la tablatura alemana.
Las tablaturas alemana, francesa y española, a día de hoy, sólo las saben leer los guitarristas especializados en música antigua y los ejecuntantes de instrumentos antiguos. Pocos conservatorios en el mundo incluyen la asignatura de lectura de tablaturas en su repertorio. Sin embargo siguen haciendo uso de la tablatura española los guitarristas de música popular, especialmente en el caso del rock, blues y sus derivados, sin embargo, no siempre se escribe la notación mensural, que se suele aprender de oído. La tablatura llegó a ésta música a causa de la ya mencionada guitarra inglesa de cuerdas de acero.