En la figura siguente se observa una pauta musical llamada pentagrama. Como su nombre indica, consta de cinco líneas paralelas. Sobre la pauta se colocarán símbolos que representarán sonidos musicales.
La clave tiene la función de situar en el pentagrama la ubicación de los nombres de las notas. Se sitúa siempre al comienzo de cada pauta musical, aunque puede encontrarse en otras posiciones del pentagrama si ha ocurrido un cambio de clave.
Existen tres claves, la de Sol, la de Do y la de Fa. En la guitarra se utiliza la clave de sol en su posición más frecuente, donde sitúa a la nota sol en la segunda línea del pentagrama. Las alturas se escriben una octava más agudas de lo que realmente suenan. El bajo eléctrico utiliza la clave de fa en cuarta, que como su nombre indica, sitúa a la nota fa en la cuarta línea del pentagrama. Al igual que la guitarra, se escucha una octava más grave de lo que se escribe.
Originalmente los símbolos surgieron de la notación alfabética, en donde la clave de sol correspondía a una letra ge, la de do a una ce y la de fa a una efe. Con el devenir de los siglos la grafía fue adornándose hasta acabar en su estado actual.
El símbolo de la clave de sol originalmente proviene de la letra G, que en notación alfabética representa al sol. Posteriormente fue adornada hasta convertirse en el símbolo actual. A partir de que existe una clave éstos puntos pasaran a representar alturas.
Si la segunda línea representa al sol, el espacio por debajo de la línea representará al fa, la primera línea representará al mi y el espacio por debajo de ésta al re. El espacio por encima del sol representará a un la, la tercera línea a un si, el espacio situado sobre ésta un do, la cuarta línea un re, el espacio siguiente un mi, la línea siguiente un fa y el espacio que le sigue un sol, etc.
Una vez se han acabado las líneas se puede, y es habitual, agregar pequeñas líneas adicionales por encima y por debajo. En cuyo caso el sistema para nombrar las alturas seguirá siendo el mismo, como si en vez de un pentagrama fuera un hexagrama o un heptagrama.
Es común encontrarse que los símbolos circulares, es decir, las cabezas de las notas, sean de color negro o blancos con contorno negro. A veces también tienen líneas rectas que sobresalgan, por la derecha o la izquierda por el eje vertical, siempre por encima o por debajo de la cabeza de la nota. Cualquiera de estos símbolos son indicaciones temporales que no afectan a la hora de saber de qué altura se trata.
Las figuras musicales son símbolos usados para representar la duración relativa del sonido. Se componen hasta de tres partes: la cabeza, un símbolo con forma semejante a un círculo o elipse que puede tener relleno negro o blanco con un contorno negro; la pilca, una recta que generalmente triplica la longitud del diámetro de la cabeza; y/o un corchete, que es una grafía con forma de gancho.
Cuando éstas figuras vienen precedidas de una clave de alturas determinadas podemos hablar ya de notas musicales. Las notas son el átomo esencial de la armonía y, en buena medida, de la mayor parte de la música occidental.
Cada línea y espacio del pentagrama representa el nombre de una nota. Las notas agudas se representan en la parte superior del mismo y las más graves en la parte inferior. Por lo tanto, si la segunda línea del pentagrama es la nota sol, el espacio superior representará siempre a un la y el espacio inferior a un fa. La línea superior al espacio mi siempre será la nota fa, mientras que la inferior al espacio do siempre será la nota si.
El tempo es la indicación que sirve para declarar la velocidad del pulso y eventualmente del carácter que tiene una pieza musical o un pasaje de la misma. Puede indicarse tan sólo por un término o incluir una indicación metronómica, cuando se quiere concretar un pulso más exacto.
El lenguaje estándar para determinar el tempo suele ser el italiano, aunque es común en compositores nacionalistas utilizar la lengua propia, razón por la cual la terminología de las marcas de tempo suele ser amplia. En el caso de las indicaciones metronómicas, en cambio, no hay lugar a dudas acerca de la velocidad, dado que se mide en pulsos por minuto (beats per minute, BPM).
El compás es un segmento temporal definido por una cantidad determinada de pulsos que son representados por una o más figuras concretas. Se representa habitualmente con una simbología semejante a una fracción, en donde el número inferior representa a una figura de referencia, que no tiene por qué ser el pulso, y el numero superior representa a la cantidad máxima de éstas que puede incluir el compás.
Existen varios tipos de barras de compás y cada una de ellas puede indicar ideas diferentes. En general son signos que se utilizan para demarcar el compás u organizar las secciones de la pieza musical.
Las partituras suelen ofrecer indicaciones técnicas específicas para los instrumentistas para facilitar la ejecución y la lectura; para precisar digitaciones, toques o timbres; o incluso para introducir aclaraciones sobre cambios en el sistema estándar de notación musical.
Las marcas de dinámica son indicaciones para fijar la intensidad relativa del sonido y su evolución. Algunas indicaciones técnicas pueden coincidir con las dinámicas, dado que a veces son precisos determinados recursos técnicos para poder conseguir matices determinados.